La longevidad de las sociedades está creando nuevas formas de vivir, esta progresivamente reconformando nuestra sociedad.
Vivimos muchos años en diferentes etapas, con más o menos salud y con más o menos dependencia.
La relación con los hijos es diferente. Estos tienen su propio camino y responsabilidades. Las personas mayores desean vivir autónomamente. Nos encontramos en la vejez padres e hijos.
Estas transformaciones están llevando a nuevas fórmulas de convivencia, de vivir, de organizarse, a requerir nuevos servicios adecuados a esta situación.
Esta afortunada sociedad longeva está deparando una nueva Economía Plateada, Ageingnomics se llama, llena de ocasiones y de innovaciones. Ya, como repetimos en nuestros artículos, vivir muchos años no es un inconveniente social, es una ventaja, no es una carga, es una oportunidad económica.
Índice
1. Nuevas formas de vivir
Un cambio se está produciendo en las formas de vivir, de concebir el hogar. El hecho de vivir tantos años cambia nuestras necesidades y por tanto la forma de entender el hogar.
Las necesidades las podemos dividir en dos, necesidades económicas y de bienestar subjetivo.
Las económicas son las derivadas del tener que afrontar muchos años de vida, con un periodo más o menos largo de dependencia.
En este ámbito se encuentra la gestión patrimonial. Como se administra, como se transmite, como utilizarlo para afrontar muchos años y en distintos grado de autonomía y con diferentes niveles de gastos.
En cambio, las necesidades de bienestar subjetivo están relacionadas con cómo queremos y con quien queremos vivir o qué podemos hacer para vivir con independencia y autonomía.
Por otro lado, decir que a estas nuevas necesidades no se le están dando respuesta por parte de la administración. No se crean nuevas soluciones, ni se establecen nuevos marcos jurídicos para acoger aquellas procedentes de la iniciativa privada. Por ejemplo, el cohousing no se contempla como vivienda de bienestar social. Las residencias de mayores, las viviendas tuteladas y los servicios domiciliarios son casi las únicas alternativas públicas.
2. Longevidad y otras formas de vivir
La sociedad longeva reclama nuevas soluciones, también en el ámbito de la vivienda.
Algunas personas afrontan la longevidad con opciones comunitarias, como por ejemplo cohausing. La mayoría prefiere vivir en su propia vivienda hasta el final de sus días o les sea posible.
Todas las posibilidades, las diferentes soluciones están en relación a como queramos y podamos vivir, pues cualquier alternativa depende de nuestros medios económicos, de nuestro patrimonio y de cómo queramos rentabilizarlo.
2.1 Cohousing
Cohousing es una de las más conocidas. No es una idea reciente, surge en Dinamarca, Holanda y Suecia en 1970. Adjuntamos enlace a Cohousing Spain.
Es la solución de convivencia en viviendas individuales con muchos servicios comunes, en un proyecto diseñado y gestionado por los propios residentes, colaborativo y sin jerarquías. Participativo desde sus inicios.
Lo importante en el cohousing es el proyecto comunitario. La vivienda, aunque tiene gran importancia, está siempre pensada en relación al proyecto, a la idea de convivencia de los fundadores.
Como podréis imaginar hay cientos de fórmulas, pues como decimos cada comunidad responde a un proyecto. Las hay en propiedad, en alquiler, en cooperativa, privadas. Contemplan todas gestionar un determinado grado de dependencia de cada residente.
En España hay varias y últimamente están surgiendo muchos proyectos. En mi ciudad en concreto ahora mismo hay tres.
2.2 Otras formas de convivencia
Como decíamos en este mundo cambiante están apareciendo diferentes formas de vivir, de convivir. Además del cohousign están surgiendo otras muchas alternativas. Describimos algunas de ellas.
Las formas tradicionales. Son las comentadas más arriba, las residencias de mayores, las viviendas tuteladas y los servicios domiciliarios. También incluiría las soluciones familiares, cuando los mayores viven con la familia, en su propia vivienda o en la de los hijos.
Seguir viviendo autónomamente. Es la fórmula más aceptada, para vivir solo o en pareja. También parece la más admitida por la sociedad, e incluso para los casos de dependencia, momento en el que es necesario incorporara una ayuda domiciliaria personal o tecnológica.
Compartir la vivienda con personas afines, o personas que a cambio de su colaboración se les corresponde con determinados beneficios.
Hoteles o aparta hoteles, especializados en personas mayores, con las prestaciones similares a las de las residencias, pero con un ideario completamente diferente, más cercano a un hotel hogareño y en que las personas se encuentren en total libertad.
2.3 Formulas de gestión patrimonial
La mayoría de las soluciones giran alrededor de cómo gestionar la propia vivienda, tengamos en cuenta que en España la inmensa mayoría de los mayores cuenta con una propia, el 90 %, es la forma de ahorrar de este país.
La forma en que deseemos vivir va unida nuestras posibilidades, a nuestro patrimonio. Y como decíamos arriba, al ser la vivienda en España la fórmula de ahorro más extendida, han surgido alrededor de su gestión numerosas propuestas cuyo propósito es financiar esa larga existencia.
Alquiler de parte de la vivienda, o de habitaciones, es una formula muy usada desde hace muchos años.
Alquiler de la vivienda para cuando tengamos que depender. Es una buena manera pagar los costos de la dependencia en una residencia, sin vender, juntando la renta del alquiler y la pensión.
Hipoteca inversa. Formula muy conocida y cada vez mas solicitada. Antes este producto era ofrecido por los bancos. Hoy solo lo tienen algunas compañías de seguros, aunque parece que determinadas entidades vuelven a planteársela.
Consiste en percibir una cantidad mensual por la hipoteca inversa de tu vivienda, vivas en ella o la alquiles. Esta cantidad abonada va devengando intereses, que rondan el 6%. El pago mensual es hasta el final de tus días. Para tal efecto, a algunas compañías, hay que pagarles un seguro alto a la firma, que además también devenga intereses.
Por si fuera poco, la cantidad considerada como capital en el mejor de los casos es del 70% del valor del valor de tasación del inmueble.
A mi parecer es una buena fórmula, si los intereses fueran más bajos, el seguro no devengara intereses y la cantidad a tener en cuenta fuera de al menos el 80 % del valor del inmueble, ya que se va revalorizando a lo largo de los años.
La Renta Vitalicia Inmobiliaria es una alternativa para mayores de 65 años propietarias de una vivienda y que deseen rentabilizar al máximo su inmueble. Se aseguran una renta mensual de por vida a cambio de la venta de nuda propiedad de su vivienda, es decir sin dejar esta. Se obtiene una renta vitalicia mensual mucho más elevada, que por ejemplo la hipoteca inversa.
Se trata de un producto fiscalmente muy atractivo al igual que ocurre con la Hipoteca Inversa pues las rentas percibidas no tributan. Existen más modalidades como rentas temporales y anticipos+renta en caso de que así lo solicite el cliente.
En todos los casos el usufructo es siempre vitalicio y además el titular deja de pagar una serie de gastos como IBI, derramas extraordinarias de comunidad o el seguro de la casa. Todos los gastos de la operación son por cuenta del comprador por lo que la persona mayor no tiene que hacer desembolso alguno.
Hay dentro de ésta modalidad, otra que se llama Renta Vitalicia Fuera del Hogar que significa que desde el primer momento se renuncia al uso y disfrute de la vivienda, bien porque el propietario quiera trasladarse a otro lugar, bien porque tenga que ingresar en una residencia etc.. En éste caso las rentas a percibir son bastante superiores.
Venta de Nuda Propiedad. Es parecida al caso anterior, es decir se vende la casa, el propietario puede seguir viviendo en esta, pero en lugar de percibir mensualidades, recibe toda la cantidad de una vez. El propietario puede optar por quedarse de por vida o por un tiempo determinado.
Venta con alquiler garantizado. Esta modalidad es parecida a la anterior, pero el propietario pasa a ser arrendatario y el comprador arrendador y propietario de la vivienda. Es decir, el propietario percibe una cantidad por su vivienda y se puede quedar en la misma como inquilino por un tiempo largo determinado, pagando una renta. Es la modalidad con la que más dinero se percibe. Puede alcanzar el 80% o 85% del valor de mercado de la vivienda.
Todas estas posibilidades se basan en una puesta en contacto entre inversores y vendedores. Como os podéis imaginar hay numerosas variantes dentro de estas alternativas.
Muchas pueden llevarse a cabo por los propietarios sin recurrir a intermediarios, incluso se pueden establecer entre familiares. Pero ojo, tengamos máxima preocupación, en muchas de las modalidades no es recomendable ya que este tipo de contratos deben estar muy bien perfilados especialmente para salvaguardar los intereses y el bienestar de las personas mayores y esto solo se puede conseguir con el respaldo de entidades solventes y muy profesionales.
3. Las alternativas tecnológicas
En relación a la vivienda, al hogar, independiente de las formas de vida elegidas, la tecnología va a jugar un papel de gran importancia, a dos niveles, uno en relación a la salud y la dependencia, el otro a los hogares. En nuestro articulo Hablemos con nuestras casas, comentábamos la importancia de la domótica en los hogares de mayores.
Algunas compañías de seguros, o empresas de servicios a dependientes, se están plantando incluir una serie de tecnologías en sus soluciones para atender con más prontitud y más satisfactoriamente a sus clientes.
La mayoría de los españoles desean vivir en su vivienda, solo se ven fuera de la misma cuando sus facultades se ven disminuidas. Pues bien, las tecnologías pueden aumentar el periodo de vida autónoma.
Si las TICs son muy importantes en las áreas comentadas no digamos cuando se trata de la salud. La monitorización de la salud en los hogares va a permitir seguir teniendo un buen nivel de atención sanitaria. No tiene mucho sentido con los actuales adelantos estar permanentemente acudiendo al centro de salud para las más nimias cuestiones.
La domótica, la robótica, los asistentes, ayudaran cada vez más a mantener más años esa autonomía deseada por todos. Nos facilitarán mucho nuestras tareas y en combinación con los dispositivos sanitarios, harán de los hogares unos lugares accesibles compensando en parte nuestras dificultades.
La realidad virtual, las redes sociales nos proporcionaran, más oportunidades de convivencia, de colaboración.
Antes hablábamos de cohausin. Pues bien, porque no podemos utilizar las redes sociales, en una urbanización o un barrio, para colaborar, hacer actividades, gestionar determinados recursos, prestar servicios a la población o converger con entidades públicas o privadas para un sinfín de cuestiones.
Las viviendas, las comunidades, las ciudades deberán adaptarse a los nuevos tiempos, a las sociedades longevas, a una sociedad que evoluciona a tener más años.
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