La brecha digital estigmatiza a los mayores


La brecha digital estigmatiza a los mayores, los sitúa como los analfabetos de esta nueva era.

Desde hace años, cuando el mayor se jubila, se le pasa a considerar como ciudadano de segunda; ahora se le añade otra descalificación, la de profano digital.

Se asocia la brecha digital a la población mayor, como si fuera la única que está al otro lado de la grieta.

Pensamos en SeniorTic que esa consideración del mayor no es veraz ni justa. Nos perjudica enormemente. Nos desplaza de nuestro tiempo, nos margina.

1. La brecha digital estigmatiza a los mayores

Asociar la brecha digital a nuestro colectivo no es objetivo. No todos los mayores carecemos de competencias digitales, ni todas las personas de los otros sectores de la población son hábiles digitales.

Como pueden ver en la tabla anterior del INE, las distancias en conocimientos no son desorbitantes. Hay un buen número de mayores con habilidades avanzadas.

Siempre recordamos que nuestra generación trasladó la informática de las grandes empresas a las pequeñas y a las personas, con el invento del PC y el MS-DOS. El smartphone, igualmente, lo creó otro miembro de nuestra generación: Steve Jobs.

Indudablemente, los datos empeoran al evaluar edades superiores a los 75 años.

Pero, en cualquier caso, la brecha digital no puede ser la circunstancia que estigmatice a nuestra generación.

2. La brecha digital se aleja de la zona senior

Según las siguientes generaciones se vayan incorporando a la senectud, la brecha se irá alejando del entorno senior. Serán los desniveles educativos, culturales y económicos los causantes de la brecha digital.

Si seccionamos la estadística anterior por niveles educativos, vemos que el 80% de los seniors universitarios son competentes digitales. Y en el 50% estarían los que cursaron estudios medios. En cambio, este porcentaje se desploma al 14% cuando nos referimos a las personas con estudios primarios.

La brecha digital, mantenemos en SeniorTic, no debe ser la lente por la que se observe a los mayores. Ni es, a nuestro entender, el problema principal de esa relación entre longevidad y tecnología. Incluso nos atrevemos a decir que precisamente la brecha digital esconde los principales problemas y desfigura, por tanto, la realidad.

El binomio brecha digital-mayores nos perjudica enormemente, nos coloca en segundo plano, cuando precisamente por nuestras capacidades y experiencia deberíamos estar integrados en el diseño tecnológico del futuro.

3. Los seniors nos debemos incorporar cuanto antes

Sin tardar, los seniors nos debemos convertir en competentes digitales, nosotros y las siguientes generaciones. Estamos en la obligación, no solo de ser competentes digitales, sino también, de ser cultos digitales, y mantener nuestro conocimiento durante toda nuestra vida, pues la transformación digital evoluciona continuamente y a gran velocidad.  

Hoy hay enormes recursos en la red de libre disposición. El país está plenamente conectado por banda ancha, todos tenemos un smartphone.

Los mayores, por propia iniciativa y a partir de nuestras propias fuerzas, unos con conocimientos y otros con menos, todos juntos, debemos abordar la capacitación digital de nuestra generación. Los seniors deberíamos conseguir nuestra propia capacitación digital.

Hay miles de cursos, iniciativas, acciones dirigidas a los mayores para incorporarnos al sendero digital. Enhorabuena, están ayudando sin duda. A nuestro entender, deben estar dirigidas a todos los profanos digitales, que hay muchos en todos los segmentos de la población. 

4. Hay otros problemas además de la brecha digital

Como decimos, hay otros importantes problemas a abordar por parte de los seniors y en relación a las TIC. La longevidad coincide con la tecnología en el tiempo y esto es una suerte para los mayores, pero si se conjugan de forma adecuada ambos fenómenos.

La experiencia de los seniors en el ámbito tecnológico no se está aprovechando. Ni siquiera se recurre a ella, ni se plantea. Esos muchos seniors con habilidades avanzadas no aparecen, no se habla de ellos. No se les consulta, ni se les llama cuando se están fraguando alternativas formativas dirigidas a su colectivo.

En este mismo sendero, incorporar a los seniors a los proyectos tecnológicos de futuro, al diseño de nuevos productos o sistemas o soluciones digitales, es otro reto no alcanzado, ni siquiera abordado por el momento. Y es necesario si deseamos encontrar alternativas óptimas para todas las edades.

El otro gran problema es no poner toda la tecnología necesaria a nuestro favor. Por ejemplo, la monitorización de la salud en el hogar de los seniors es muy necesaria, y no se está haciendo. O incluir la videoconferencia en las consultas médicas de atención primaria.

La tecnología es la única forma de abordar una asistencia o una salud excelente. Somos muchos y los recursos son limitados, necesitamos las TIC.

Otro gran problema. Los productos no se hacen pensando en los ancianos, con menos capacidades cognitivas y un desconocimiento mayor de las TIC.

La usabilidad, la accesibilidad y la idoneidad de los sistemas dejan mucho que desear. Todos conocemos cómo la banca ha abordado la transformación digital sin tener en cuenta, precisamente, a aquellos que más le han dado. 

5. Por un nuevo replanteamiento

Es necesario un replanteamiento de la consideración de los seniors. La vida activa debe acompañar a los muchos años de vida, por nuestra propia salud y por el bienestar social. La experiencia es una perspectiva inestimable y debe ser tomada en cuenta junto con otras.

Este presupuesto es igualmente válido cuando nos referimos a la tecnología y su relación con los seniors. La falta de competencias digitales no es exclusiva de nuestra generación y es necesario decir que muchos seniors somos hábiles digitales.

Para ser cultos es necesario ser cultos digitales, y es esta cultura la que nos va a posibilitar desenvolvernos en nuestra vida, nos va a hacer más libres y solventes en la red. Los seniors debemos ser cultos digitales.

6. Debemos tomar la iniciativa

Muchos de nosotros, cuando nos jubilamos, además de dejar de trabajar renunciamos a participar en asuntos sociales. Los temas particulares y familiares y la cuantía de la pensión son los asuntos que más nos preocupan. Dejamos otros problemas importantes a la ventura de que otros los resuelvan por nosotros.

Antes eran pocos los años que transcurrían entre la jubilación y el final de nuestras vidas en este mundo. Hoy son muchos, unos 20, a tenor de que nuestra esperanza de vida media está en los 80 años.

Muchos años para dejar de intervenir en el diseño del futuro de nuestra sociedad. En el ámbito tecnológico, dos décadas son muchísimo tiempo.

Seguir tomando la iniciativa, seguir interviniendo en el planeamiento social, es primordial si deseamos sociedades longevas con todos diligentes y pensadas en el bienestar general.  Los seniors queremos influir en un mundo vertebrado por las TIC.

Iniciativas, arriba comentadas, como la monitorización de la salud deben preocuparnos y debemos exigir su implantación.

SeniorTic es una voz de los seniors en el ámbito de las tecnologías, cuyo objetivo es que los mayores sigamos siendo protagonistas en la sociedad longeva y tecnológica actual.

SeniorTic es una de las pocas organizaciones con esta perspectiva. Esperemos se sumen otras muchas y muchas personas se agrupen junto a nosotros en nuestra, vuestra asociación.


4 comentarios en “La brecha digital estigmatiza a los mayores”

  1. Totalmente de acuerdo con el planteamiento, Carlos. Enhorabuena por la labor que estáis haciendo desde Senior Tic.

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Los comentarios están cerrados.

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