Longevidad y tecnología dos buenas amigas

La longevidad y la tecnología dos buenas amigas. Es imprescindible que vayan juntas si deseamos conseguir más años de vida y con buena salud

La longevidad está conformando una nueva sociedad necesitada de nuevos enfoques y de soluciones diferentes. No es posible seguir con los mismos presupuestos de hace años cuando estos respondían a una población con más nacimientos y menos esperanza de vida.

Esta tendencia a vivir más va a ser mayor cuantos más años pasen. El futuro será el de sociedades longevas, con muchos años, con una vejez cada día más retrasada y una vida más sana. Por estos alrededores están las teorías transhumanistas prometedoras de super humanos inmortales.

Sin necesidad de recurrir a estos postulados si podemos vaticinar profundos cambios sociales en el trabajo, el ocio, la vivienda, la medicina o la asistencia.

En este artículo trataremos de contar cómo se están afrontando con la tecnología tres parcelas trascendentales para conseguir una buena y larga vida, como son la vivienda, la salud y la asistencia a los más mayores.

1. Longevidad y tecnología dos buenas amigas

Los avances científicos nos están procurando vivir más años y la tecnología nos puede permitir organizarnos para afrontarlos, tanto a nivel individual como de la sociedad en su conjunto.

Esta larga vida suele tener dos etapas: una en la que los mayores parecen tener una segunda juventud, edades entre los 65 y 75 años; y una segunda más dependiente, más necesitada de asistencia, que se presenta aproximadamente a partir de los 75 años.

Los gastos más grandes en sanidad son los destinados a las personas mayores. La asistencia representa un coste abultado, tanto para el Estado como para los particulares.

En esta situación las reformas, las innovaciones, los nuevos sistemas tecnológicos se hacen imprescindibles si deseamos una vida, además de larga, buena.

2. Telemedicina

Una de las áreas a transformarse, o mejor dicho a seguir transformándose es la medicina. Una medicina con un enfoque distinto renovado será trascendental para sostener a muchas personas con muchos años y buena salud. 

En este cambio la medicina necesitará apoyarse en soluciones como la telemedicina. La conexión con el paciente allá donde esté puede reportar importantes beneficios a su salud.

La monitorización de los datos, la asistencia telemática, serán instrumentos indispensables en una nueva organización sanitaria.

Los datos de nuestra salud, nuestras constantes vitales podrán ser emitidas a centros de evaluación.

En resumen, la biología y las ciencias de la información nos van a permitir vivir más y mejor, con una gran optimización de recursos y reducción de costes.

3. Teleasistencia

Como comentábamos, en nuestra vida hay una segunda etapa, más dependiente, más necesitada de asistencia, como consecuencia de una progresiva pérdida de facultades.

Esta disminución no debe estar necesariamente asociada a una renuncia por parte de los mayores a la independencia y la autonomía. Las personas mayores deseamos vivir con nuestras propias fuerzas y recursos cuantos más años mejor.

Pues bien, la telemedicina y una asistencia tecnológica avanzada posibilitarán retrasar la dependencia y, de hecho, ya lo están empezando a hacer.

3.1 Soluciones de teleasistencia

Las soluciones de teleasistencia no solo las debemos ver dentro del marco de la dependencia, muchas personas con buena salud, pero que por ejemplo viven solas, las emplean por seguridad. Muchos deportistas de élite las usan para una supervisión continua de su estado.

Es importante en cualquier caso ir conociéndolas, probándolas, pues seguro la experiencia nos servirá en un futuro que se dibuja como estamos apuntando.  

Las soluciones de teleasistencia son ya muchas y variadas. Ya incluso se van usando con cierta frecuencia para algunas enfermedades en los hospitales.

Todas se basan en una recogida de datos por sensores que se transmiten por distintos canales a centros de asistencia o de salud, o a familiares con permiso o a cuidadores.

Hay varios tipos de sensores. Unos están dirigidos más a informar de nuestros movimientos fuera del hogar, de caídas, de desplazamientos dentro de casa. También indican si hemos realizado o no alguna rutina o actividad.

Otros se dirigen a informar de nuestras constantes vitales, como por ejemplo relojes inteligentes u otros dispositivos de medición.

La mayoría de los sistemas disponen de alarmas, de aviso para urgencias Y de la posibilidad de hablar de forma inmediata con un centro de asistencia en caso de algún apremio.

Esta información además de ser monitorizada para ver determinas situaciones, o avisar de anomalías, sirve, al estar extrayendo datos continuamente, para prevenir, para anunciar posibles deterioros o aconsejar tomar determinadas pautas.

4. Hogares inteligentes

La tercera parcela es el hogar. Hogares inteligentes capaces de integrar los dispositivos mencionados y automatizar muchas tareas de la casa serán sin duda una ayuda inestimable para todos, y para los mayores, más.  

Estos hogares inteligentes, como explicábamos en el artículo Hablemos con nuestras casas, se unirán a los asistentes tipo OK Google o Alexa, y mediante la voz podremos comandar la apertura o cierre de la luz, las persianas o la TV, y así un amplio etcétera.

5. Ya vienen los robots

Como sabéis, ya están en marcha numerosos tipos de robots, y pronto estarán con nosotros. Muchos tendrán la especialidad de ayudarnos en las tareas de la casa y otros estarán especializados en la salud. En cualquier caso, pienso que muy pronto nos acompañarán para beneficio de todos, y especialmente de los mayores.

Podremos con seguridad comunicarnos con ellos por voz y posiblemente poco a poco se conectarán con todos los dispositivos mencionados anteriormente.  

Seguro tendrán unos precios asequibles, están pensados para economías de escala, además está asegurada la competencia, muchas compañías los tienen en sus portafolios de próximos productos.

6. Ponernos en marcha ya

Muchas de las soluciones están diseñadas para ser utilizadas por particulares en conjunción con alguna organización sanitaria o asistencial. Estas además se conectan con familiares o cuidadores, recibiendo paralelamente los avisos, alarmas o informaciones pertinentes.

Su puesta en marcha puede ser inmediatas. Comprarlos, instalarlos y en pocas horas los tenemos funcionando.

Los podemos contratar por necesidad o por seguridad, es decir por reforzar el acompañamiento a nuestros seres queridos o de nosotros mismos. Sus precios son asequibles.

Es además conveniente que nos vayamos familiarizando con todos estos dispositivos. La tecnología cada día es más usable y accesible, pero no está de más comenzar a familiarizarnos, para entre otras cosas, sopesar sus prestaciones, su utilidad, para aprender cómo funcionan. 

7. Reclamar estas soluciones

En muchos casos será necesario reclamar su puesta en marcha.  sobre todo, en los relacionados con nuestra salud y subordinados a las autoridades sanitarias.

No podemos permitir estar cada dos por tres en los centros de salud para cualquier papelito cuando telemáticamente se pueden hacer multitud de trámites o consultas. Por otro lado, la monitorización de pacientes con enfermedades o las teleasistencias deben empezar a ser una reivindicación. Por dos razones, la primera por su efectividad, la segunda por el ahorro que va a suponer a las arcas públicas.

Que no tengamos que esperar otro Covid para poder hablar con el médico sin ir al centro de salud.

La tecnología en la salud debe ir siendo una reivindicación, si las autoridades no nos las facilitan.

8. Humanidad en primer lugar.

Como en otras ocasiones dejamos para el final la vertiente humana, es para destacar su importancia. Esperemos que el lector legue hasta estos párrafos.

8.1 Una actitud humana

De poco nos sirve la tecnología si con su empleo no buscamos la felicidad, su servicio a nosotros los humanos. La tecnología proporciona rendimiento y satisfacción, y ambos aspectos debemos conjugar, huyendo de cualquier perspectiva solo asociada a la economía.

En este sentido es muy importante utilizarla a tiempo, pues su retraso nos precipitará a una inmediatez donde los objetivos económicos predominarán sobre los relacionados con el bienestar.

Si planificamos, seguro tendremos tiempo para encontrar el sentido humano a la iniciativa.

No es lo mismo emplearla para el bienestar de nuestros seres queridos que para quitarnos un problema de en medio. Esto no solo puede pasar a nivel particular, sino también social.

Pensar en el aspecto humano a la hora de lanzar cualquier aplicación es indispensable.

8.2 Seguridad en la red

Por otro lado, está el aspecto de la seguridad y la privacidad.

Estamos en el escenario de la salud, de los datos muy personales, de los datos de las enfermedades o padecimientos, de las constantes vitales. La monitorización de las actividades de las personas, de sus datos de la salud, son datos con mayúsculas, datos no ya privados sino íntimos.   

Tres preguntas.

¿Los datos mencionados serán tratados de igual forma a como actualmente se están tratando en Internet?

¿Estamos preparados cada uno de nosotros para defendernos, nos sabemos proteger?

¿Las autoridades se están preparando para esta nueva situación en la que la protección de los datos de la salud de los ciudadanos es crucial, para preservar sus derechos fundamentales?

Pienso que, si ahora tuviéramos que obtener la respuesta, esta no sería muy esperanzadora.   

Ya hay tecnologías, todos las conocemos, como por ejemplo Blockchein. ¿Debemos esperar años y años para su puesta en marcha?

Humanidad, tecnología, seguridad y privacidad deben ir entrelazadas si deseamos un futuro mejor y una sociedad más justa y garante de nuestros derechos. Actuemos ya. Depende de nuestra voluntad.

Revisión de texto Ana María Llorca Román     Portada José Manuel Briones